El principio esencial de la fotografía es la luz: sin luz no habría fotografía. En este sentido la fotografía de arquitectura se ve condicionada inevitablemente por la luz natural, que no podemos manipular, pero a la que si nos podemos adaptar.
Por eso, para un fotógrafo de arquitectura, un aspecto importante a la hora de realizar un trabajo de este tipo, es la paciencia. Saber esperar el mejor momento, en el que la luz es la ideal, es decisivo y para eso la naturaleza se toma sus tiempos.
 Esta es la decisión esencial para mostrar de la manera más acertada las líneas, formas y espacios de una estructura.
Luego en post producción, con la ayuda del retoque digital, podemos trabajar la fotografía y darle un plus que la convierta en una toma más espectacular. Podemos corregir las perspectivas, saturar los colores, poner en el cielo unas nubes que no existían, eliminar elementos como señales o farolas, jugar con el contraste… una herramienta más que ayuda a conseguir un resultado aún mejor.

En la fotografía de interiorismo es fundamental captar el ambiente de las estancias, describir los espacios, mostrar la decoración, enseñar la distribución… todo ello capturado de forma que a través de esa imagen transmitamos todos los valores del espacio fotografiado.
Como fotógrafos de interiores hemos realizado gran cantidad de encargos para restaurantes, hoteles, oficinas, empresas, estudios de interiorismo, revistas… siempre intentando captar la esencia del lugar y preparar su edición para la web, catálogos, dossieres o cualquier otro medio gráfico.
Un aspecto que es fundamental tener en cuenta es el de la iluminación. Lo ideal es aprovechar la luz propia de los espacios interiores para transmitir su personalidad y huir de la iluminación con flashes o luces artificiales forzadas, ajenas al espacio fotografiado.